Operation Anti Sexual Harassment/ Assault

Las agresiones sexuales colectivas denunciadas a OpAntiSH durante las manifestaciones del 30 de junio alcanzaron techos catastróficos: los organizadores tienen su responsabilidad y los Hermanos Musulmanes alcanzan una nueva bajeza política al explotar políticamente estos hechos.

Durante las manifestaciones masivas que se extendieron por Egipto para derrocar a Mohamed Morsi, OpAntiSH recibió 46 denuncias de agresiones sexuales colectivas contra mujeres en las inmediaciones de la plaza Tahrir. La gravedad de los ataques varía desde el acoso sexual colectivo al asalto y violación de las manifestantes con cuchillos y objetos cortantes. Los incidentes comenzaron a producirse hacia las 6 de la tarde del domingo y continuaron hasta las 2 de la madrugada. Las áreas más frecuentes para las agresiones sexuales organizadas, son alrededor de los múltiples accesos que conducen a la plaza Tahrir.

Algunas sobrevivientes, en estado de shock como consecuencia de los ataques, recibieron apoyo psicológico y numerosos casos requirieron intervención médica, incluyendo una cirugía. Estos 46 casos sólo representan aquellos de los que tuvo conocimiento OpAntiSH, aquellos que el grupo fue capaz de seguir e intervenir. OpAntiSH estima sin embargo, que este número es probablemente muy inferior al número real de agresiones que se han producido. Un sólo asalto sexual colectivo debe ser suficiente para impulsar a toda la sociedad en la lucha contra el acoso sexual y las agresiones. La vida de una mujer y la inviolabilidad de su cuerpo no son ni números ni estadísticas.

OpAntiSH ha observado casos de agresiones físicas contra mujeres por parte de hombres armados de palos a la entrada / salida de la estación de metro de Sadat, delante de Kentucky Fried Chicken, y ha sido informada del secuestro de mujeres en vehículos. La gravedad creciente de las agresiones sexuales contra las manifestantes es un reflejo de la creciente violencia sexual contra las mujeres en general, perpetrado por la sociedad y el Estado, lo que repercute negativamente en la participación de las mujeres en la esfera pública.

OpAntiSH expresa su decepción por la respuesta del gobierno a las agresiones sexuales colectivas a las manifestantes. Mientras ante los medios de comunicación, la Presidencia aprovechaba los incidentes con fines políticos, una fuente del Ministerio de Salud violaba la privacidad de una de las sobrevivientes, publicando los detalles del asalto, su nombre, y el nombre del hospital en el que estaba recibiendo tratamiento, en violación flagrante de las normas y la ética más básicas de la profesión médica.

La explotación de estas agresiones por parte de la Presidencia y de los Hermanos Musulmanes es una nueva violación de estas mujeres. En este sentido, OpAntiSH rechaza el uso de sus declaraciones con fines partidistas o políticos. A lo largo del año pasado, la Presidencia no sólo ha fallado en responder a este tipo de incidentes, sinó que además ha puesto la responsabilidad de los ataques sobre las mujeres que los sufrieron. El 11 de febrero de 2013, los miembros del Comité de Derechos Humanos del Consejo de la Shura responsabilizaron del acoso y la violación a las propias mujeres por participar en las protestas, y describen lo que ocurrió en algunas de las tiendas de campaña en la plaza como “prostitución”. El General Adel Afifi, miembro del Comité, criticó a las mujeres, diciendo: “Las niñas que se unen [a las protestas] lo hacen sabiendo que están entre matones y gente de la calle. Deben protegerse a sí mismas antes de pedir al Ministerio del Interior que lo haga. A veces una chica contribuye al 100% a su violación, ya que se pone en esas condiciones. ” Añadió que lo que sucede en algunas de las tiendas de campaña de las plazas es prostitución.

Aunque la Presidencia ha prestado atención con fines políticos a los recientes ataques, no se puede creer que hayan desarrollado un interés repentino por la seguridad física de las mujeres y su pleno derecho a protestar, y más teniendo en cuenta su posición en temas de igualdad y derechos de las mujeres, que es bien conocida. Los Hermanos Musulmanes, que de repente están profundamente preocupados por la seguridad de las manifestantes, son los mismos Hermanos Musulmanes que consideran la mutilación genital femenina, como una costumbre y singularidad cultural, y cuyos ministerios y gobiernos carecen de mujeres. Su animosidad hacia las mujeres ha llegado al punto de que hace pocos meses se opusieron al documento sobre la violencia contra la mujer aprobado por las Naciones Unidas. No debemos olvidar que las manifestantes se unieron a las protestas para oponerse al patriarcado.

Vale la pena mencionar que las denuncias de acoso sexual y las agresiones, no sólo han sido dejadas de lado y no han sido tomadas en serio por el gobierno, sinó que además, aquellos que tratan de presentar una denuncia contra la violencia sexual, a menudo deben soportar insultos y burlas, y en algunos casos, incluso el acoso. El régimen actual continúa la tradición del régimen de Mubarak y del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (SCAF) al usar la violencia sexual como forma de tortura y aterrorizar con ello a hombres y mujeres en las cárceles y comisarías de policía.

En un momento en que todos somos conscientes de que la seguridad de la plaza es responsabilidad colectiva de todos los que se encuentran en ella, no podemos ignorar el fracaso por parte de los partidos y grupos políticos, que convocan grandes manifestaciones, por no se interesan por la seguridad de la plaza. Hemos solicitado en repetidas ocasiones, que la seguridad de las manifestantes figure en las agendas de los partidos políticos al coordinar protestas y sentadas, pero sin ver resultados reales y tangibles sobre el terreno. Por ello, OpAntiSH, reitera su llamamiento a los partidos políticos y grupos para que asuman sus responsabilidades, no por medio de declaraciones de condena y pesar, sino más bien mediante la adopción de medidas concretas, como la iluminación de las entradas a la plaza, especialmente en los lugares donde ocurren repetidamente asaltos sexuales como en la calle Mohammed Mahmoud y a la entrada por la Liga Árabe. Los partidos también deben presionar a sus miembros y a los jóvenes a participar activamente y en gran número en las iniciativas para combatir el acoso y las agresiones sexuales colectivas. Por último, pero no por ello menos importante, los partidos y grupos que organizan estas protestas no deben caer en la trampa de politizar el tema del acoso y asalto, culpabilizando sin fundamento o prueba a grupos políticos rivales.

OpAntiSH también pide a los medios de comunicación que dejen de tratar estos temas con sensacionalismo, y nos reafirmamos en la importancia de respetar la privacidad de las sobrevivientes y su deseo de no comparecer ante los medios de comunicación. Volvemos a recalcar que la obsesión por las estadísticas no es un punto de partida adecuado para estas cuestiones, sino que el foco debe estar en la gravedad del asalto y en que rindan cuenta los responsables de estos actos.

Por último, OpAntiSH quisiera saludar a todas las mujeres en las plazas de Egipto, así como a lxs voluntarixs de ambos sexos en los grupos (Tahrir Bodyguard y Anti-Harassment) que protegen la plaza Tahrir e intervienen en los casos de acoso y asalto sexual colectivo, a pesar de los grandes riesgos a los que se enfrentan.

PD. Tenga en cuenta que este comunicado de prensa se refiere al 30 de junio solamente ; el lunes 1 de julio, OpAntiSH tiene informes de más de 17 casos, pero un recuento final está de camino. Hoy 2 de Julio, en el momento en el que se escribe esta nota, OpAntiSH ha reportado 23 casos, aunque la operación sigue en pie.